lunes, 22 de febrero de 2016

Arte y arquitectura romántica, impresionismo y post-impresionismo



 El Romanticismo


 Frente al neoclasicismo propio del imperio napoleónico, que surgió como una reacción al barroco y  rococó, las nuevas tendencias artísticas, a pesar de heredar el rigor neoclásico y el rechazo por lo  decorativo, fueron más alla de los límites racionales y abogaron por una sensibilidad individual  como el único medio para emitir juicios estéticos. A ella, pues, debían someterse las reglas del arte.  De este modo, toda la estética de la primera mitad del siglo XIX se vio imbuida de las ideas  románticas que, de algún modo, han marcado el rumbo de la trayectoria artística contemporánea y  constituyen la raíz de todo el pensamiento trágico moderno. 


Villa al borde del mar, Arnold Bocklin, 1865.
(123, 4 x 173cm
Schack gallery, Munich, Alemania)
La plaza de San Marcos (282x191cm).
Turner en 1840









El baño turco (óleo de 108cm de diámetro),
conservado en el museo de Louvre de París.
Ingrés.





































El realismo

Paralelamente al Romanticismo surgieron otras tendencias estéticas que se opusieron a las poéticas de lo clásico y lo romántico, con el propósito de enfrentarse a esas convicciones románticas que, de alguna manera, introdujeron el concepto de modernidad. El movimiento romántico despertó una reacción exacerbada entre los seguidores de la corriente realista, pues así como los románticos sentían una nostalgia por el pasado, los realista propusieron un nuevo enfoque frente al mundo subjetivo, un cambio frente a las fantasías y visiones exageradas del Romanticismo. Sus ideales no miran hacia el pasado, si no hacia el porvenir. El hombre deja de soñar en una vida que se le aparecía como algo inmutable para especular con la realidad. Los conflictos económicos y el desarrollo del capitalismo, y sobre todo el impulso del pensamiento marxista, comportaron en las corrientes estéticas de la década de 1840-1850 un determinado compromiso de la verdad. El propio Marx exigió que el arte debía comprometerse con el mundo real, pues señalo que todas las ideologías son un producto de la existencia económica y social, dado que los intereses  materiales de la clase social dominante determinan el modo en el que la gente concibe su existencia individual y colectiva.



Entierro en Ornans (315x668cm) 
Courbet 1849-1850. 
Museo de Orsay de Par.
El Royal Albert Hall, Londres. Francis Fowke 
1867-1871. 
Se ubica en la
Zona sur de Kensington




  


 El impresionismo

Frente a la acción de pintar en el taller, y a la precisión de la obra de los realistas, surgió un grupo de artistas que proclamó la idea de la pintura al aire libre y antepuso el acontecimiento a los temas inventados, inclinándose por la aceptación del mundo con todos los cambios casuales y perecederos que existen en él.
En 1862, en París, un grupo de pintores, como Sisley, Manet, Renoir, Cézanne y Pissarro entre otros, comenzaron la búsqueda de una nueva manera de pintar, interesándose por una pintura naturalista y antiacadémica. A pesar de que en un principio todos ellos se sintieron atraídos por la obra de Courbet, pronto crearon un estilo propio. Un años más tarde, Monet expuso, en el salón de 1863, su famoso cuadro Almuerzo en la hierba, y fue precisamente esa obra la que marcó el punto de partida de lo que iba a ser mas tarde este movimiento pictórico. El cuadro fue rechazado por la crítica oficial y el público en general, lo que despertó grandes controversias. Más tarde se añadieron al grupo artistas como Monet y Degas, así como también los críticos más avanzados del momento. En 1874, Degas organizó la primera exposición de los impresionistas en el estudio del fotógrafo Nadar, y fue a raíz de ella cuando comenzó a emplearse el término <<impresionismo>>, que se tomó del conocido cuadro de Monet, Impresión, sol naciente.  


 Rodín, en la Danaide
 (1885, Museo Rodín, París)
Almuerzo en la hierba, Manet 1863.                                                                                                                                    


Impresión, sol naciente. Monet
Fugit Amor. Museo Rodin, París. 
1885-1887. Rodin.


Arquitectura

Una ciudad debe exhibir una gran diversidad de masas, si ha de resultar agradable a la vista. Dentro de ella hay que armonizar los gustos más variados. Que en la misma calle existía un oscuro edifico gótico, un edificio de colorista estilo oriental, una colosal estructura egipcia y una edificación griega llena de placenteras proporciones. Que estén aquí reunidas en armonía la cúpula ligeramente redondeada y de color lechoso, la alta torre de la iglesia llena de espíritu de devoción, la mitra oriental, el tejado plano italiano, el tejado holandés, ricamente decorado y en pendiente, la pirámide de cuatro lados y el obelisco angular. Tendríamos una calle que sería al mismo tiempo una crónica de la historia arquitectónica del mundo. 

Walhalla, construido por Leo von Klenze
 1831-1842. Ubicado cerca
De Regensburg.


Altes Museum de Berlín (1823-1830) Schinkel


La iglesia de la Madeleine, Pierre Vignon.
1807-1845

Biblioteca de Sainte-Geneviéve (1843-1850)
 de París.
Tiene capacidad para 500 lectores






La gliptoteca de Múnich (1816-1830), 
estilo neoclásico. 
Encargo que Luis I de Baviera hizo a
 Leo von Klenze para albergar su magnífica
 colección de esculturas de Egina (Grecia).
























La arquitectura de las nuevas tecnologías

La Revolución Industrial comportó la incorporación de nuevos materiales a la construcción, como el hierro, el acero, el cristal y, más tarde, el hormigón. La aplicación de nuevos sistemas de producción supuso una disminución de los costos de los materiales que compensó la subida de los salarios de los trabajadores. Este hecho fomentó el progreso tecnológico, puesto que los contratistas incorporaban nuevas técnicas de construcción para simplificar su ejecución y poder así disminuir los costeos de la mano de obra.

Las necesidades generadas por las grandes ciudades obligaron a concebir nuevos modos de organizar la distribución de mercancías. Eso supuso una sustitución de los criterios estéticos convencionales por otros de orden estrictamente funcional. Por este motivo, a lo largo de casi todo el siglo, el aspecto industrial determinado por los nuevos materiales, estuvo reservado a un tipo de construcción de carácter utilitario, como estaciones de ferrocarril, almacenes, fábricas y puentes. 



Bon Marché (1876). Boileau. París.

Palacio de cristal. Joseph Paxton, construido en 6 mes
Para la exposición universal de Londres en 1851

            Les Halles (1853-1868) París. 

Toerre Eiffel, parís





















El impresionismo escultórico

Al margen de la dicotomía entre romanticismo y naturalismo, a fines de siglo, y bajo la influencia del impresionismo pictórico, se desarrolla otra manera de entender la escultura. El artista desplaza su atención de la historia y la alegoría moral del ámbito de la percepción. Propone una forma directa de enfrentarse a la realidad, sobreponiendo el mundo de las sensaciones al saber tradicional. Del mismo modo que en la nueva superficie pictórica se hacía visible la pincelada, en escultura, la superficie que define los volúmenes refleja las tensiones internas y muestra las huellas de las herramientas del artista

El pensador, 1880. Museo
de Orsay, París. Rodín.

El beso, Rodín. Museo
de Rodín, París, 1886.



La portera, de Medardo Rosso 














PINTURA

Captar la naturaleza en su expresión más profunda, en su sentido más íntimo, en ese concepto que eleva a todos los seres hacia una vida más sublime, es la misión sagrada del arte. ¿Puede conseguir este fin una copia simple y exacta de la naturaleza? Es algo tan miserable, torpe y forzado como una inscripción en un idioma extranjero copiada por un amanuense que no la comprende e imita laboriosamente unos caracteres que le resultan ininteligibles. Algunos paisajes no son más que copias correctas de un original escrito en una lengua extranjera. El pintor iniciado en los secretos divinos del arte escucha la voz de la naturaleza, que narra sus misterios infinitos valiéndose de los árboles, las plantas, las flores, las aguas y las montañas. El don de traducir sus emociones en obras de arte de las aguas y las montañas. El don de traducir sus emociones en obras de arte le viene como el espíritu de Dios.


La célebre pintura ecuestre de
Jacques-Louis David;
Napoleón cruzando los Alpes
 (260x221cm, castillo de Charlottenburg,
Berlín) es un homenaje a la gran
gesta del emperador

El más fascinante de los desnudos de Ingres,
La gran odalisca (62x91cm, Museo del Louvre, París)
fue encargado en 1813 por Carolina Murat















                                 
La muerte de Sardanápalo (394x495cm),
Museo de Louvre, París),
óleo que el gran pintor romántico
Eugéne Delacroix pintó en 1827
Obra de juventud de Delacroix, La Barca de Dante
(189x246cm, Museo de Louvre, París),
consagra al autor como un gran colorista, debido
 a sus vivas tonalidades oscuras.


EL POSTIMPRESIONISMO

En la década de 1880 algunos artistas empezaron a desconfiar de la representación instantánea de la realidad propugnada por los impresionistas, e iniciaron una búsqueda de principios más estables y perdurables, por lo cual se interesaron, en gran medida, por los paradigmas de grandes maestros anteriores al impresionismo. A excepción del movimiento neoimpresionista, que bajo el liderazgo indiscutible de Seurat sí constituyó un grupo organizado, los maestros del postimpresionismo (Cézanne, Van Gogh y Gauguin) desarrollaron una obra muy personal partiendo de las enseñanzas de Pissarro. El término <<postimpresionismo>> fue empleado por Robert Fry, el crítico inglés, con motivo de la exposición <<Manet y los postimpresionistas>> que se celebró en Londres en 1910. Cézanne, Van Gogh y Gauguin se opusieron al naturalismo que estaba vinculado a la apariencia de las cosas y buscaron un nuevo sistema de concebir el arte, lo que comportó que se replantearan sus investigaciones formales. Emprendieron la búsqueda de un estilo personal que propició que las obras de un artista gozaran de mayor reconocimiento que en cualquier otro periodo de la historia del arte

Gustave Moreau presentó Edipo y la esfinge
 (óleo sobre lienzo, 206 x 104cm,
Metropolitan Museum, Nueva York)
en el salón de 1864

Los unicornios (1898, óleo sobre tela, 115 x 90cm,
 Museo Moreau, París) de Gustave Moreau cuenta
 con otra versión anterior, de 1852. 


La isla de los muertos (h. 1886, óleo,
Museum der Bildenden Künste, Leipzig)

El pobre pescador (óleo, 155,5 x 192,5cm, Museo de Orsay, París)
Pierre Puvis.

Una tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte (206 x 306cm, Art Institute, Chicago). Los años
1884-1886
fueron de un trabajo intenso para Georges Seurat.




































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