El Romanticismo
Frente al neoclasicismo propio del
imperio napoleónico, que surgió como una reacción al barroco y rococó, las
nuevas tendencias artísticas, a pesar de heredar el rigor neoclásico y el
rechazo por lo decorativo, fueron más alla de los límites racionales y abogaron
por una sensibilidad individual como el único medio para emitir juicios
estéticos. A ella, pues, debían someterse las reglas del arte. De este modo,
toda la estética de la primera mitad del siglo XIX se vio imbuida de las ideas románticas que, de algún modo, han marcado el rumbo de la trayectoria artística
contemporánea y constituyen la raíz de todo el pensamiento trágico moderno.
Villa al
borde del mar, Arnold Bocklin, 1865.
(123, 4 x 173cm
Schack gallery, Munich, Alemania)
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La
plaza de San Marcos (282x191cm). Turner en 1840 |
El
baño turco (óleo de 108cm de diámetro), conservado en el museo de Louvre de París. Ingrés. |
El realismo
Paralelamente al Romanticismo
surgieron otras tendencias estéticas que se opusieron a las poéticas de lo
clásico y lo romántico, con el propósito de enfrentarse a esas convicciones
románticas que, de alguna manera, introdujeron el concepto de modernidad. El
movimiento romántico despertó una reacción exacerbada entre los seguidores de
la corriente realista, pues así como los románticos sentían una nostalgia por
el pasado, los realista propusieron un nuevo enfoque frente al mundo subjetivo,
un cambio frente a las fantasías y visiones exageradas del Romanticismo. Sus
ideales no miran hacia el pasado, si no hacia el porvenir. El hombre deja de
soñar en una vida que se le aparecía como algo inmutable para especular con la
realidad. Los conflictos económicos y el desarrollo del capitalismo, y sobre
todo el impulso del pensamiento marxista, comportaron en las corrientes estéticas
de la década de 1840-1850 un determinado compromiso de la verdad. El propio
Marx exigió que el arte debía comprometerse con el mundo real, pues señalo que
todas las ideologías son un producto de la existencia económica y social, dado
que los intereses materiales de la clase
social dominante determinan el modo en el que la gente concibe su existencia
individual y colectiva.
Entierro en
Ornans (315x668cm)
Courbet 1849-1850.
Museo de Orsay de Par.
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El Royal Albert Hall, Londres. Francis Fowke
1867-1871.
Se ubica en la
Zona sur de Kensington |
Frente a la acción de pintar
en el taller, y a la precisión de la obra de los realistas, surgió un grupo de
artistas que proclamó la idea de la pintura al aire libre y antepuso el
acontecimiento a los temas inventados, inclinándose por la aceptación del mundo
con todos los cambios casuales y perecederos que existen en él.
En 1862, en París, un grupo
de pintores, como Sisley, Manet, Renoir, Cézanne y Pissarro entre otros,
comenzaron la búsqueda de una nueva manera de pintar, interesándose por una
pintura naturalista y antiacadémica. A pesar de que en un principio todos ellos
se sintieron atraídos por la obra de Courbet, pronto crearon un estilo propio.
Un años más tarde, Monet expuso, en el salón de 1863, su famoso cuadro Almuerzo en la hierba, y fue
precisamente esa obra la que marcó el punto de partida de lo que iba a ser mas
tarde este movimiento pictórico. El cuadro fue rechazado por la crítica oficial
y el público en general, lo que despertó grandes controversias. Más tarde se
añadieron al grupo artistas como Monet y Degas, así como también los críticos
más avanzados del momento. En 1874, Degas organizó la primera exposición de los
impresionistas en el estudio del fotógrafo Nadar, y fue a raíz de ella cuando
comenzó a emplearse el término <<impresionismo>>, que
se tomó del conocido cuadro de Monet, Impresión,
sol naciente. Rodín, en
la Danaide (1885, Museo Rodín, París) |
Almuerzo en la hierba, Manet 1863. |
Impresión, sol naciente. Monet |
Fugit Amor.
Museo Rodin, París.
1885-1887. Rodin.
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Arquitectura
Una ciudad debe exhibir una
gran diversidad de masas, si ha de resultar agradable a la vista. Dentro de
ella hay que armonizar los gustos más variados. Que en la misma calle existía
un oscuro edifico gótico, un edificio de colorista estilo oriental, una colosal
estructura egipcia y una edificación griega llena de placenteras proporciones.
Que estén aquí reunidas en armonía la cúpula ligeramente redondeada y de color
lechoso, la alta torre de la iglesia llena de espíritu de devoción, la mitra
oriental, el tejado plano italiano, el tejado holandés, ricamente decorado y en
pendiente, la pirámide de cuatro lados y el obelisco angular. Tendríamos una
calle que sería al mismo tiempo una crónica de la historia arquitectónica del
mundo.
Walhalla, construido por Leo von Klenze
1831-1842. Ubicado cerca
De Regensburg.
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Altes Museum de Berlín (1823-1830) Schinkel |
La
iglesia de la Madeleine, Pierre Vignon. 1807-1845 |
Biblioteca
de Sainte-Geneviéve (1843-1850) de París. Tiene capacidad para 500 lectores |
La
gliptoteca de Múnich (1816-1830),
estilo neoclásico.
Encargo que Luis I de
Baviera hizo a
Leo von Klenze para albergar su magnífica
colección de esculturas de Egina (Grecia).
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La arquitectura de las
nuevas tecnologías
La Revolución Industrial
comportó la incorporación de nuevos materiales a la construcción, como el
hierro, el acero, el cristal y, más tarde, el hormigón. La aplicación de nuevos
sistemas de producción supuso una disminución de los costos de los materiales
que compensó la subida de los salarios de los trabajadores. Este hecho fomentó
el progreso tecnológico, puesto que los contratistas incorporaban nuevas
técnicas de construcción para simplificar su ejecución y poder así disminuir
los costeos de la mano de obra.
Las necesidades generadas
por las grandes ciudades obligaron a concebir nuevos modos de organizar la
distribución de mercancías. Eso supuso una sustitución de los criterios estéticos
convencionales por otros de orden estrictamente funcional. Por este motivo, a
lo largo de casi todo el siglo, el aspecto industrial determinado por los
nuevos materiales, estuvo reservado a un tipo de construcción de carácter
utilitario, como estaciones de ferrocarril, almacenes, fábricas y puentes.
Bon Marché (1876). Boileau. París. |
Palacio de
cristal. Joseph Paxton, construido en 6 mes
Para la exposición universal de Londres en 1851
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Les Halles (1853-1868) París.
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Toerre Eiffel, parís |
El impresionismo escultórico
Al
margen de la dicotomía entre romanticismo y naturalismo, a fines de siglo, y
bajo la influencia del impresionismo pictórico, se desarrolla otra manera de
entender la escultura. El artista desplaza su atención de la historia y la
alegoría moral del ámbito de la percepción. Propone una forma directa de
enfrentarse a la realidad, sobreponiendo el mundo de las sensaciones al saber
tradicional. Del mismo modo que en la nueva superficie pictórica se hacía
visible la pincelada, en escultura, la superficie que define los volúmenes
refleja las tensiones internas y muestra las huellas de las herramientas del
artista
El pensador, 1880. Museo de Orsay, París. Rodín. |
El beso, Rodín. Museo de Rodín, París, 1886. |
La portera, de Medardo Rosso |
PINTURA
Captar la
naturaleza en su expresión más profunda, en su sentido más íntimo, en ese
concepto que eleva a todos los seres hacia una vida más sublime, es la misión
sagrada del arte. ¿Puede conseguir este fin una copia simple y exacta de la
naturaleza? Es algo tan miserable, torpe y forzado como una inscripción en un
idioma extranjero copiada por un amanuense que no la comprende e imita
laboriosamente unos caracteres que le resultan ininteligibles. Algunos paisajes
no son más que copias correctas de un original escrito en una lengua
extranjera. El pintor iniciado en los secretos divinos del arte escucha la voz
de la naturaleza, que narra sus misterios infinitos valiéndose de los árboles,
las plantas, las flores, las aguas y las montañas. El don de traducir sus
emociones en obras de arte de las aguas y las montañas. El don de traducir sus
emociones en obras de arte le viene como el espíritu de Dios.
La
célebre pintura ecuestre de Jacques-Louis David; Napoleón cruzando los Alpes (260x221cm, castillo de Charlottenburg, Berlín) es un homenaje a la gran gesta del emperador |
El
más fascinante de los desnudos de Ingres, La gran odalisca (62x91cm, Museo del Louvre, París) fue encargado en 1813 por Carolina Murat |
La
muerte de Sardanápalo (394x495cm), Museo de Louvre, París), óleo que el gran pintor romántico Eugéne Delacroix pintó en 1827 |
Obra
de juventud de Delacroix, La Barca de Dante (189x246cm, Museo de Louvre, París), consagra al autor como un gran colorista, debido a sus vivas tonalidades oscuras. |
EL POSTIMPRESIONISMO
En
la década de 1880 algunos artistas empezaron a desconfiar de la representación
instantánea de la realidad propugnada por los impresionistas, e iniciaron una
búsqueda de principios más estables y perdurables, por lo cual se interesaron,
en gran medida, por los paradigmas de grandes maestros anteriores al
impresionismo. A excepción del movimiento neoimpresionista, que bajo el
liderazgo indiscutible de Seurat sí
constituyó un grupo organizado, los maestros del postimpresionismo (Cézanne, Van Gogh y Gauguin) desarrollaron
una obra muy personal partiendo de las enseñanzas de Pissarro. El término <<postimpresionismo>>
fue empleado por Robert Fry, el
crítico inglés, con motivo de la exposición <<Manet y los postimpresionistas>> que se celebró en
Londres en 1910. Cézanne, Van Gogh y
Gauguin se opusieron al naturalismo que estaba vinculado a la apariencia de
las cosas y buscaron un nuevo sistema de concebir el arte, lo que comportó que
se replantearan sus investigaciones formales. Emprendieron la búsqueda de un
estilo personal que propició que las obras de un artista gozaran de mayor
reconocimiento que en cualquier otro periodo de la historia del arte.
Gustave
Moreau presentó Edipo y la esfinge (óleo sobre lienzo, 206 x 104cm, Metropolitan Museum, Nueva York) en el salón de 1864 |
Los unicornios (1898,
óleo sobre tela, 115 x 90cm, Museo Moreau, París) de Gustave Moreau cuenta con otra versión anterior, de 1852. |
Museum der Bildenden Künste, Leipzig) |
El
pobre pescador (óleo, 155,5 x 192,5cm, Museo de Orsay, París) Pierre Puvis. |
Una tarde de domingo en la isla de la Grande
Jatte (206 x 306cm, Art Institute, Chicago). Los años
1884-1886 fueron de un trabajo intenso para Georges Seurat. |
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