Máscara funeraria de Tutankhamón, Museo Egipcio, El Cairo. |
Egipto (3100 b.C. - 30 b.C.)
El arte egipcio, cuya extraordinaria riqueza ha despertado desde siempre las más entusiastas muestras de admiración, no fue concebido según los conceptos contemporáneos del arte por el arte. En realidad se trataba de obras destinadas básicamente al faraón o a los dioses, que respondían a un significado muy preciso, estrechamente vinculado a la esfera metafísica. Gran parte de las manifestaciones artísticas estaban destinadas a las tumbas de los faraones, consideradas como casas del doble espiritual del soberano, y en las que se intentaba reproducir el ambiente que rodeó en vida al difunto.
Horus sentado en las
rodillas de la diosa Isis.
Figura en bronce.
Museo Arqueológico
Nacional, Madrid.
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Condicionada por su medio natural, la civilización egipcia se extendió a lo largo del oasis que el Nilo, merced a sus inundaciones anuales, abre entre los desiertos líbico y arábigo. Es pues este caudaloso río, en su lucha con el inhóspito territorio circundante, el germen del concepto de oposición entre el bien y el mal existente en la religión del antiguo Egipto. Cualquier hombre debía de superar durante su vida terrenal esta contienda con objeto de acceder, tras su fallecimiento y tras el juicio de Osiris, a la vida de ultratumba. Era preciso, pues, que el cadáver se conservara en perfecto estado, por lo que se le cuidaba con esmero, embalsamándolo. Una vez momificado, el cuerpo del difunto se cubría con diferentes sarcófagos que reproducían con realismo su rostro. También se le rodeaba de sus más preciadas pertenencias terrenales y se le ofrecían alimentos.
Escena de uno de los papiros del libro
de los muertos. Museo Egipcio de
Turín, Italia.
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Detalles pertenecientes a la tumba de Ramsés III. (Valle de lo reyes, Tebas) |
Las invasiones norias formaron el sustrato sobre el que se desarrolló la cultura griega. La edad oscura de la cultura griega comprendió desde el siglo XII hasta principios del siglo VIII a.C., en el denominado periodo geométrico aplicado a la evolución en la decoración de la cerámica. Tras esta estapa, durante los siglos VIII y VII a.C., se inició el periodo de formación en el que aparecieron las tipologías del templo y las primeras formas de la cultura griega, especialmente los kuros y las koré, junto a la consolidación de la decoración cerámica con figuración humana.
En el siglo VI a. J.C. los distintos territorios griegos,
Peloponeso, Ática, y Jonia, alcanzaron su primer momento de esplendor en el
denominado periodo arcaico. En esta fase de gran prosperidad política y
material, se inició el desarrollo de las diversas tipologías artísticas.
Respecto a la arquitectura, el uso de columna como elemento constructivo
permitió la eclosión de los dos grandes órdenes: el dórico y el jónico, así como
los elementos decorativos de las fachadas. En cuanto a la cerámica, que tuvo un
gran predicamento en el Ática, donde se perfeccionaron los distintos tipos de
vasos, destacan las decoraciones de cerámicas de figuras negras y de las
figuras rojas.
Templo de Neptuno en Pasteum.
Siglo VI a.C. |
Aquiles y Ajax jugando dados.
Cerámica griega, Exequias, 550-530 a.C.
Museo del Vaticano, Roma.
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Lacoonte y sus hijos.
Museos Vaticanos.
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Tesoro de Sifnos. 525 a.C. Delfos, Grecia. |
Teatro de Dionisios, Atenas. |
Arte Helenístico
La cultura helenística sifnificó el último gran periodo de la cultura griega. Cronológicamente se sitúa entre la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) y las sucesivas anexiones llevadas a cabo por el imperio Romano, que culminaron con la conquista de Egipto en el último tercio del siglo I a.C. Es por tanto, un periodo de disolución de la cultura griega, cuyas principales tipologías artísticas tendrian continuidad en el arte romano. Durante el helenismo, surgieron nuevas metrópolis, como Pérgamo y Alejandría, que concentraron los primeros logros artísticos.
Venus de Milo (130 a.C.) Muséo de Louvre, Francia. |
Sarcófago de Alejandro (Siglo IV a.C.)
Istambul, Muséo Arquológico.
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Templo de Zeus en Olimpia (470 a.C) |
Victoria de Samotracia. Museo de Louvre, París |
Gigantomaquia, Berlín, Museo del estado. |
Roma (500 b.C - 476 b.C)
Coliseo Romano (80 d.C) |
La civilización romana, la última gran cultura de la
antigüedad, recogió buena parte de los modelos artísticos procedentes del
helenismo. Respaldado por el ejército republicano y con una enorme capacidad
para imponer sus modelos a los pueblos conquistados, se convirtió en el poder
hegemónico del mediterráneo en el siglo I a. J.C. La ciudad de Roma produjo
grandes obras urbanísticas y arquitectónicas, como la construcción del foro y
las obras civiles. En cuanto a las artes plásticas, junto al desarrollo del
retrato, cabe citar los restos conservados de Pompeya y Herculano, que han
permitido mostrar el nivel alcanzado por las artes del color.
El imperio romano alcanzo el cenit
de su poder durante el periodo de los emperadores Augusto, Trajano y Adriano.
En la esfera artística, durante el mandato de Augusto, se impulsó el uso de
mármol en la construcción del foro del divino emperador. Así mismo, la pintura
durante la época augustal presenta una madurez estilística propia del
clasicismo. Posteriormente, Trajano continúo la expansión del imperio,
inmortalizada en la columna Trajana, construida para conservar sus cenizas.
La forja de Vulcanos. Museo Arqueológico Nacional. |
Vestal con velo, Museo de Louvre, París. |
Moneda con los dioscuros, bronce. Bolonia, Museo Cívico. |
Escena de culto de Dionisios. Pompeya, cerca de Nápoles. |
Referencias:
* Rosa Martínez. (2002). Historia del arte. Barcelona, España: Mimí editorial océano.
* José Manuel Lara. (1998). Gran Historia del Arte. Barcelona, España:
Planeta-De Agostoni, S.A., Barcelona.
* José Manuel
Lara. (1998). Gran Historia del Arte. Barcelona, España: Planeta-De Agostoni,
S.A., Barcelona.
Sacramento Nieto y Puri Ballús. (2007).
Enciclopedia Temática Visual. Barcelona, España: THEMA.
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